Un placer recibirles de nuevo en
este espacio de aproximación a la profesionalidad en la atención al cliente.
Esa profesionalidad es un campo
minado de bombas que pueden estallar en cualquier momento.
Hablamos de personas. Del trato entre personas y las personas somos frágiles,
pequeñas figuras de porcelana, delicadas obras de arte a las que cualquier rasguño
nos daña alguna de nuestras partes y a veces el todo.
Los profesionales que atienden a
una persona deben ser conscientes de esa fragilidad y ser sumamente cuidadosos
con ese trato.
Hagámoslo bien. Escuchémosles con
atención. Mostremos comprensión, empatía, educación y respeto.
Digámosles lo importante que son
para nosotros y seamos imparciales. En la atención al cliente no se debe tomar
partido, aunque hay que demostrar entendimiento.
Resolvamos sus dudas, quejas,
preocupaciones, problemas o cualquier otra molestia de las que sean objeto.
Pongamos a su servicio nuestro buen hacer. Nuestra maestría en la resolución de
cualquier situación que pueda producirse. Siempre podemos ser amables. Siempre
podemos explicar las cosas con buenos modales. Siempre podemos comportarnos
bien. Siempre podemos confiar en que todo irá bien si ponemos de nuestra parte.
Si ponemos la ternura en el trato, la humanidad en la relación, siempre
saldremos airosos de cualquier conflicto y estaremos ofreciendo una imagen
profesional que causará admiración.
Pensemos siempre que las personas
solo necesitan, solo necesitamos atención y cariño. Nada más y nada menos.
Los profesionales de la Atención
al Cliente no deberíamos olvidar eso nunca.
Por un año 2019 lleno de Atención
y Cariño.
Feliz Año Nuevo a todos.
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