¡Hola!
Me gustaría lanzar una pregunta
al aire. Ahí va: ¿Qué es la calidad?
Reflexionemos. Pensemos de verdad cuál es la respuesta a esta interesante
pregunta. ¿Serían tan amables de enviarme sus opiniones? Gracias. En una
próxima entrada, hablamos de ello y ponemos las ideas en común.
Ahora vamos a desmenuzar el verbo
ATENDER y la expresión ATENDERLE (al cliente naturalmente) tal
como quedamos en mi anterior entrada del blog. Les recuerdo que estamos en la
atención en modo presencial.
Creo que ha quedado claro que
teniendo los OJOS abiertos cuando un cliente se presentaba en nuestro
establecimiento se podía obtener una información importante sobre la forma de GANARNOS a ese cliente.
Ahora entran en escena los OIDOS. Los dos. Si. Los dos. Es decir
que no solo vamos a oír, sino que vamos a ESCUCHAR.
Con los dos oídos. Vamos a escuchar ATENTAMENTE.
Analicemos la diferencia entre
oír y escuchar (lo siento, he de insistir en esto porque es crucial)
Oír: percibir sonidos por medio del oído.
Escuchar: Prestar atención a lo que se oye.
¿Quién no ha utilizado la
expresión “cómo quien oye llover”? Si al cliente SOLO se le oye, nunca, de
verdad créanme, nunca conseguirán a ese cliente. Le atenderán un momento (el
tiempo que ellos lo permitan) pero jamás llegarán a ser clientes suyos. ¿Pueden
decirme cuántas veces les ha sucedido que han pedido, digamos, en un bar, un cortado corto de café, muy
caliente y con sacarina y han recibido un café bien cargado, ligeramente tibio
y con el sobrecito de azúcar? Este es el
más claro ejemplo de que al cliente se le oye.
No se le escucha. Pero hay millones de ejemplos.
Como referí en anteriores comentarios el cliente quiere SENTIRSE importante, casi ÚNICO,
y solo si le dedicamos exclusiva atención lograremos que se sienta así.Empecemos:
- Mirándole a los ojos. Es fundamental ese contacto. Le demostramos que estamos aquí. Con ellos. Solamente.
- Sonría. Es vital que ofrezca una sonrisa agradable. Sincera. Abierta. Noble. El cliente notará cuando es verdadera y cuando no lo es. No se engañe. Es así. ¿O usted cuando es usted el cliente no lo nota?
- Ofrézcase con diligencia: ¿Qué desea? ¿Puedo ayudarle?
- ESCUCHE atentamente la respuesta. De su escucha atenta y con actitud de que realmente le importa la respuesta puede usted lograr satisfacer en un alto porcentaje a su cliente. Porque debe enterarse bien de lo que el cliente desea. Debe enterarse bien.
- Pregunte si es necesario. Obtenga del cliente toda la información que necesite para conseguir satisfacerlo al máximo. Invierta tiempo en el cliente. No lo lamentará.
Una vez que esté seguro de haber ENTENDIDO de verdad qué es lo que el
cliente desea, prepárese para ATENDERLE.
Nuestra segunda acepción de hoy.
Si le ha escuchado SOLO a él.
Atiéndalo SOLO a él. Busque la manera más rápida y segura de hacerlo. Gestione
su tiempo, su metodología de trabajo, su estructura, su maquinaria, sus
recursos, en definitiva, de la manera más EFICAZ posible para conseguir dos
cosas: que su atención al cliente sea RENTABLE y que su atención al cliente sea
SATISFACTORIA para él. No olvide que está ahí. Esperando. No LE olvide o le costará caro. No le haga
esperar más de lo estrictamente necesario. Y si va a tardar más de lo estrictamente necesario infórmele adecuadamente.
No olvide el fin primordial de
todo: que el cliente quede satisfecho. Que le haya hecho sentir bien.
¿Necesita saber
el nombre del cliente para darle una
atención personalizada?.- Pregúnteselo
¿Necesita información
adicional para mejorar aún más su atención?.- Pídasela.
Cuando haya logrado darle lo que deseaba, no olvide ESCUCHAR la opinión del cliente respecto al servicio que usted le
prodigó. Sea humilde al recibir los
elogios y/o las críticas. Discúlpese lo necesario si algo salió mal y que sean
disculpas SINCERAS. No permita que el cliente salga de su establecimiento INSATISFECHO. No lo permita, porque no
solo habrá perdido a ese cliente sino a muchísimos más, porque la mala publicidad que haga de su servicio,
empresa, establecimiento, etc. le acarreará pérdidas inimaginables. Obtenga
ideas de mejora para su negocio y estudie la manera de ponerlas en práctica.
Persiga al cliente que se las dio y comuníquele que las puso en práctica.
No olvide nunca esta máxima:
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