¡Hola!
En este segundo capítulo voy a
diseccionar un poco la expresión “ESTAR
ATENTOS”. Voy a intentar transmitiros qué entiendo yo por “estar atentos”
en el mundo de la calidad en atención al cliente.
Hay muchos canales o vías de
atención al cliente: por teléfono, de forma presencial, por mail, por carta,
etc. Todos estos modos de comunicación con los clientes llevan implícitos sus
códigos o metodologías propias de actuación y/o comportamiento según sea el
medio elegido.
En la entrada de hoy voy a
desmenuzar la expresión ESTAR ATENTOS cuando se atiende a un cliente de forma PRESENCIAL, o sea, en persona.
Hemos de empezar pensando que el
cliente es lo más IMPORTANTE. Si no
tenemos este primer concepto claro no podemos seguir. Si no creemos en esta afirmación, si no estamos plenamente
convencidos de esa frase, si no sabemos que toda nuestra razón de ser, que la
razón de nuestra existencia es el cliente,
NO conseguiremos darle la importancia que tiene. Y si no le damos la
importancia que tiene no ESTAREMOS
ATENTOS a sus necesidades. No sabremos de sus gustos. No podremos atenderle
bien. Perderemos clientes. Perderemos competitividad. Perderemos ventas.
Perderemos nuestro negocio. Sea cual sea.
El cliente es importante y sobre todo quiere SENTIRSE IMPORTANTE.
Para que se sienta así hemos de
ocupar nuestro tiempo y nuestros CINCO
SENTIDOS en atenderle. Y para que reciba de nosotros la atención que se
merece, sencillamente hemos de ESTAR ATENTOS. Relean de nuevo los de los cinco
sentidos.
En el caso de que la atención al
cliente sea presencial, hemos de ESTAR ATENTOS A:
·
A VER quién
entra por la puerta: los clientes quieren ser vistos nada más atravesar el
umbral de un establecimiento. Podemos perder un cliente solo por haber olvidado
este gesto. Simplemente verle. Levantar la cabeza y mirar hacia la puerta.
Entra alguien. Ese alguien DEBE ser alguien importante. Y debe sentirse
importante. ¿No les ha pasado esa sensación de sentirse NADIE cuando han
entrado en algún lugar?
·
A SONREÍR cuando entra: Si te he visto entrar, te sonrío. No sé qué idioma hablas
todavía, no sé qué quieres todavía, pero mi SONRISA es la mejor carta de
presentación, mía y del establecimiento o empresa en la que trabajo, en la que
me gano la vida. ¿No les ha ocurrido que hay muchas sonrisas que “brillan” por
su ausencia en muchísimos lugares?
·
A SALUDAR
cuando entra: En todos los países del mundo, toda la gente se saluda igual.
Lo primero que se dicen es buenos días, buenas tardes, buenas noches… naturalmente
cada uno en su idioma. Y aunque no nos lo digan en el nuestro, sabemos cuándo
nos están saludando. Es una cuestión de EDUCACIÓN. De convivencia social. De civismo. ¿Han comprobado si reciben estos saludos?
·
A la
PRESENCIA FÍSICA de quién entra: Si no estamos atentos perderemos detalles
importantes de nuestros potenciales clientes. Si observamos al recién llegado
con atención podremos descubrir si es delgado, grueso, va con muletas, suda, si
va cargado con bolsas, con niños, si es joven, anciano, etc. y en todos los
casos podremos tener un DETALLE con él: según qué veamos le ofreceremos, una
silla para que descanse, un poco de agua, que pueda dejar los paquetes que le
molesten en algún lugar seguro, etc. una atención personalizada. Recuerden él
quiere sentirse importante. ¿Qué han sentido si en alguna ocasión alguien les
ha tratado con especial mimo?
·
A la EXPRESIÓN de su cara: la cara es el espejo del alma. Hay que tener una
especial sensibilidad, una especial habilidad, un conocimiento innato o por lo menos
trabajado de la fisonomía humana. De los gestos. Toda expresión conlleva un
estado de ánimo. Si conseguimos averiguar cuál es el del cliente que tenemos
delante, sabremos, primero tratarle y después venderle lo que sea. Si entró con
cara enfurruñada, hemos de apaciguarle. Si su gesto es risueño, puede que esté
de buen humor y hemos de tratarle de otro modo. Si su gesto es serio, si es
apático, si… etc. hemos de ESTAR ATENTOS. El ver al cliente puede significar
mucho dinero para el negocio. ¿A quién no le ha cambiado la cara al tener
delante a una persona comprensiva atendiéndole?
·
A los que
le rodean y/o han venido con él: este punto también es importante. Mirar
con atención si viene solo, si viene en pareja, si viene con amigos, niños, si
viene con ancianos, etc. Averiguar qué parentesco les une. Si pueden influir en
su elección de tal o cual cosa. Hemos de ESTAR ATENTOS, no solo por lo que
podamos hacer por el cliente sino por lo que podemos hacer por sus
acompañantes, de tal forma que podamos convertirlos en personas que estén de
nuestra parte y por ende en posibles presentes y futuros clientes.
·
A sus
movimientos: si es ágil, si es rápido, si es lento, si es tranquilo, etc.
Si va con las manos en los bolsillos, si por el contrario lleva unas llaves en las
manos y las mueve continuamente. Si se toca mucho el pelo, si amonesta a los
niños que le acompañan porque tocan el género, si se sienta con cuidado o con
ruidos, etc. etc. etc. Estos movimientos nos ofrecen una gran cantidad de
información sobre nuestro potencial cliente y nos ayudarán a saber cómo
atenderle, como tratarle y como venderle. ¿Se le vende igual a una persona
educada que a alguien que no lo sea?
·
A sus
comentarios, expresiones, etc.: Antes incluso de atenderle deberíamos ESTAR
ATENTOS a como se expresa. No es lo mismo oír: ¡Qué tienda tan bonita! o ¡Qué
bien huele aquí! Que oír: ¡Qué ruido tan molesto! ¡Qué sucio está todo! Por
poner algunos ejemplos. Y ese ESCUCHAR sus comentarios, e incluso sus acentos
al hablar nos da también mucha información que deberíamos procesar e incluir en
nuestras pautas de actuación para ganarnos a ese cliente. ¿Alguien ha bajado la
música solo porque usted ha hecho el comentario de que la música estaba muy
alta?
Podría enumerar muchos puntos más
sobre el ESTAR ATENTOS, pero fíjense bien, que TODAVÍA no hemos hablado con él.
Solo nos hemos fijado en él para intuir o tratar de saber cuál será la mejor
forma de atenderle.
Todo lo anterior nos está
hablando del cliente. Nos está diciendo muchas cosas sobre él. Nos da
importantes pistas sobre la forma en que desea ser tratado, nos está ayudando a darle un trato preferente,
a hacerle sentir importante. A inundarlo de DETALLES que pueden conseguir que ganemos un cliente o que lo
perdamos.
¿Se preocupan los empresarios, dueños,
etc. de aleccionar, formar o instruir a sus dependientes en estar técnicas? ¿Se
preocupan los profesionales de formarse en técnicas de venta?
Estemos atentos a estos puntos.
Podría añadir muchos más hasta llegar al más importante que es A ESCUCHARLE.
Ojo, no he dicho oírle. He dicho escucharle. Es diferente. Muy diferente. Pero
este verbo ya es materia de un capítulo
aparte; el de mi próxima entrada en la que diseccionaremos el verbo ATENDER y
la expresión ATENDERLE.
Gracias por leerme.
CIERTO,CIERTO NO HAY QUE OLVIDAR QUE EL CLIENTE ES REALMENTE:
ResponderEliminarEL JEFE Y ES QUIEN NOS PAGA, SI NO HAY CLIENTES... NO HAY EMPRESA Y SIN EMPRESA NO HAY TRABAJO.
HAY QUE ESTAR ATENTO A LAS NECESIDADES DEL "JEFE".SALU2 ANA
hay muchas empresas que todavía no lo tienen claro, te lo aseguro
EliminarComo siempre, perfectos tus comentarios
ResponderEliminarComo siempre, perfectos tus comentarios
ResponderEliminarMuchas gracias, espero sembrar espíritu de mejora. Ya sabes el que siembra... Si quieres añadir o complementar mi escrito, ya sabes.
EliminarMuchas gracias