viernes, 18 de septiembre de 2015

VALORES de CALIDAD. LA LEALTAD

¡Hola!

¿Qué significa ser leal? Aparte de ser sincero y honrado, significa ser fiel.

En la vida real, cuando uno es fiel a una persona, la primera cosa que hace es, no engañarla. 
Y cuando uno es fiel a una cosa, es porque tenemos  la sensación de que esa cosa es buena para nosotros. Por eso somos fieles a una marca determinada de un producto que nos encanta, fieles a un olor, a un perfume, a unas costumbres, etc. porque aunque haya muchas cosas que nos apetece cambiar, hay muchas otras con las que nos apetece quedarnos.

La lealtad es un valor humano muy importante. Todos estamos rodeados de tentaciones varias, diferentes, atractivas, sugerentes, deseables, irresistibles. Muchas veces  caemos en ellas y como disculpa fácil decimos que uf! lo siento, somos humanos. Me comí ese helado sabiendo que es una bomba de relojería para mi diabetes; compré ese modelito sabiendo que dejé temblando mi cuenta bancaria; me hablaron mal de ese o aquel y yo tambien lo puse a caldo, etc,etc.

Ser leal es también estar al lado de, no cambiar de bando, no variar criterios según sople el viento. Una persona leal es una roca firmemente anclada a lo que ha decidido proteger, cuidar, valorar y querer.

Las empresas valoran mucho la lealtad de sus empleados. Pero, ¿los empleados son conscientes de eso? En muchos casos no. Pero yo creo que es porque desconocen en qué consiste ser leal a una empresa.

Los españoles somos dados a quejarnos de casi todo y casi siempre estamos enfadados con nuestra empresa o le sacamos defectos un día sí y otro también y nos sentimos muy inteligentes si lo hacemos. Pues tengo que decirles que no es inteligente quejarse sin ton ni son.
Tengo que decirles que lo inteligente es ser leal a la empresa. Cuando uno está trabajando para o en  una empresa se debe a ella. Uno debe serle fiel. Y ¿qué significa eso? Muy sencillo. Hay que respetarla mediante nuestro comportamiento honrado en todas las circunstancias. Por poner algunos ejemplos:
·        La información interna de la empresa, debe permanecer en la empresa. No podemos ser corre ve y dile de información privada, a veces vital para la subsistencia de la empresa. 
·        Las pertenencias de la empresa son del dueño de la empresa, no nuestras y debemos hacer buen uso de ellas, sin derrocharlas, estropearlas o sacarlas al exterior.
·        Nuestro deber es hacer buena publicidad de la empresa en la que estemos trabajando. El hablar mal de ella, aunque lo que digamos sea cierto, fuera de sus paredes solo habla mal de nosotros mismos. Nos hace ser personas mezquinas, indignas de confianza, porque nuestro interlocutor puede pensar, si habla mal de ésta hoy, mañana hablará igual de mal de la mía.
·        Nuestro deber es cuidar los recursos que la empresa tiene. Velar porque no se derrochen (agua, luz, materiales) Tener mimo con las máquinas que nos dejan a nuestro uso y cuidado.
·        Conocer su filosofía y mientras se trabaje en ella desarrollarla, seguirla, potenciarla y en la medida de nuestras posibilidades mejorarla.

    ¿No hacemos todo eso cuando somos fieles a algo o a alguien?
 Pues la misma fidelidad se merece la empresa. Casi es nuestra segunda casa. Hemos de cuidarla igual. 
No caigamos en la dejadez: si algo está sucio, limpiémoslo, sin esperar que venga alguien con el mocho detrás. Si algo no funciona avisemos a quien sea para evitar un deterioro mayor, si vemos que alguien la maltrata, llamémosle la atención, si oímos que alguien habla mal de ella, recordémosle que le da para vivir, etc. Siempre podemos ser buena gente. Siempre podemos ser mejores. Siempre podemos ser leales. Fieles.

   Si la empresa sabe lo que debe hacer, tarde o temprano nos pedirá nuestra opinión y debemos ser sinceros, decir lo que pensamos. Lo que pensamos que está bien y lo que pensamos que está mal, pero siempre desde un espíritu constructivo. Solo así dormiremos tranquilos. Aportaremos, ayudaremos a que sea mejor y con ella puede mejorar nuestra vida. Sus beneficios serán los nuestros, porque si la empresa continúa nosotros puede que también continuemos en ella.
Y si nuestras opiniones no son oídas, no importa, nuestro comportamiento debe ser igualmente honrado y leal mientras estemos allí. Y sobre todo e incluso cuando ya no estemos allí.
    
En próximas entradas trataremos más a fondo esas lealtades...
















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