jueves, 24 de septiembre de 2015

VALORES de CALIDAD : LA PROFESIONALIDAD

¡ Hola!

¿Cuándo decimos que alguien es un profesional? Según el diccionario, cuando realiza de forma correcta su trabajo.

Reformulemos la pregunta: ¿Cuándo sabemos que estamos ante un profesional? Según mi opinión, cuando  SENTIMOS, que estamos delante de alguien que domina su trabajo, que nos habla con propiedad, con seriedad, con realismo, con honestidad.

He escrito “sentimos”, si. ¿Por qué no he usado el verbo “pensamos”? 
Porque la profesionalidad convence desde el interior. Solo cuando nos han convencido en nuestro sentimiento estamos ante un verdadero profesional.

A todos nos han hablado alguna vez farsantes, embaucadores, encantadores de serpientes, vendedores de humo y locos. A todos. Pero todos SENTIMOS  algo especial, cuando estamos frente a un profesional. Sea nuestro mecánico de coches, el dentista o el que te vende los billetes de tren.

El profesional trata al cliente DE OTRA MANERA. Ves cómo le importa el cliente. Observas sus modales atentos y educados. Vigila su lenguaje. Aporta su opinión. Es imparcial. Te da opciones. Te muestra lo bueno y malo del asunto. Te da libertad de elección. Sientes que te trata como alguien que puede decidir lo mejor para él mismo y a la vez te conduce de forma elegante a que le elijas a él, a que escojas su producto. Y si SIENTES  que todo eso es verdad, al final compras.

Por lo tanto la profesionalidad es IRRESISTIBLE. Pero en todo. Si vas al teatro ves quien es un actor profesional y quién no. Si ves la TV, lo mismo. Si te gusta el futbol, qué decir; si vas a una floristería…, a un mecánico…, a un despacho de abogados…, a un bar…, un organismo público…, etc. y mil y un etc. Cuando te encuentras con un profesional lo sabes. Lo sientes dentro.

¿Se VALORA el ser profesional?
Los desencantados de la vida me dirán que hoy en día no. Que ya nadie valora nada. Pero están equivocados. Es verdad que muchos empresarios no saben reconocer al buen profesional, pero también es verdad que las lamentaciones de los profesionales no llevan a ningún sitio. Si uno es bueno,  es bueno aquí y en Pekín. Un profesional  tarde o temprano obtiene el éxito que se merece o que simplemente busca. Es así. Pero como nada cae del cielo, salvo la lluvia, hay que currárselo y ganarse ese adjetivo.

 ¿Cómo?

Formándose al máximo en lo que a uno le  gusta. No engañando ni engañándose a sí mismo. No echando culpas a nadie. Aprendiendo de otros. Observando a los mejores. Rodeándose de activos positivos. Admitiendo errores. Cayendo y levantándose una y otra vez.

Un profesional es aquel que se ha curtido en mil batallas y sigue mirando al cliente con cariño, le trata con cariño y le gana desde el cariño. Por eso el cliente SIENTE que está frente a un profesional.

¿Merece la pena tener ese valor de calidad? Definitivamente si. Solo piensen en las magníficas consecuencias que les supondrá tenerlo.




No hay comentarios:

Publicar un comentario