jueves, 14 de enero de 2016

La NECESIDAD de la FORMACIÓN


¡Hola!

Aún no me he repuesto. Aún estoy en estado de shock. Por más vueltas que le doy no encuentro la explicación a lo que presencié hace unos días. Bueno, presenciamos, porque iba con mis hermanas, digamos que de compras a un gran centro comercial de la ciudad. Asistí perpleja a la demostración más real de lo que NO es atención al cliente.

Doce establecimientos visitamos. Ni uno más ni unos menos. Buscábamos varios artículos. 
Una docena de tiendas en un martes por la tarde, con lo cual la excusa de la aglomeración queda descartada. 
Así que no me explico cuál pudo ser la razón para recibir en ONCE de ellas el mismo trato gélido, pasota, despreocupado, desganadoantipático y maleducado del que fuimos objeto. Me dieron ganas de coger la megafonía y gritar: ¿Qué os pasa a todos hoy? ¿Os han inoculado un virus anti amabilidad o qué?

De auténtica vergüenza.

Pregunta: Disculpa, busco unos calcetines con adhesivos. Respuesta: si no están ahí,  en la línea de caja. Insistimos: no lo vemos, perdona. Y nos mira con cara de amargada, viene hacia nosotras y la MIRADA que esa muchacha nos echó era digna de enmarcarse en el mejor de los cursos de atención al cliente para precisamente descubrir QUE es lo que NO se debe hacer JAMÁS. Su expresión decía: Joer, qué manera de tocar las narices… Indicó de mala gana el lugar de los calcetines y DESAPARECIÓ.

Salimos de allí asombradas. Pero lo que vino a continuación no fue mejor. En esas once tiendas, nadie nos miró. Nadie se paró a preguntar qué necesitábamos o si nos podían ayudar en algo. 
La cosa fue empeorando. Hasta llegar al campeón de la tarde.  La guinda al pastel. Un muchacho, dependiente en una multinacional del deporte, que sin moverse de la silla cuando nos acercamos a preguntar ¿cuánto cuesta una serigrafía en una camiseta? nos miró con cara de ASCO y pensando ( vaya gilipollez de pregunta) y con el mismo asco en el tono de su repuesta dice: tanto. Nosotros teníamos más dudas: ¿cuesta lo mismo si ponemos más o menos letras? ¿Si ponemos algo por delante y por detrás? ¿Si el precio varía si se ponen más o menos colores?  Se levantó por fin, como diciendo (si no me muevo éstas no se van y me dejan en paz) y nos espetó: lo que quepa en un folio, da igual lo que quieran escribir y si es por las dos caras cuesta el doble. Nos dio la espalda y siguió a lo suyo. INAUDITO.

Ejemplos como éstos son los que me reafirman en la necesidad de que los empresarios NECESITAN con urgencia conocer cómo se atiende al cliente en sus establecimientos para tomar conciencia de lo que está pasando y sobretodo deben FORMAR a su personal también con urgencia. Es necesario que conozcan, entiendan, practiquen y desarrollen  las BASES más BÁSICAS en atención al cliente.
Porque si ese trato antipático y despectivo se extiende, se propaga y se hace crónico, uno de los sectores más importantes de esta ciudad morirá. Y esta ciudad no puede permitirse ese lujo.

Ahora  por favor, lleven estos ejemplos a sus ciudades y díganme si esto solo pasa en la mía. Tal vez sea tiempo no solo de formar al personal en ATENCIÓN AL CLIENTE, que también, sino de insistir a los nuevos gobernantes que introduzcan en los colegios como asignatura obligatoria, la AMABILIDAD. Y al que no saque en ella SOBRESALIENTE, no pasarlo de curso.

Buenos días.




No hay comentarios:

Publicar un comentario