jueves, 21 de enero de 2016

RECONOCIMIENTO

¡Hola!

No todo se hace MAL en el mundo de la atención al cliente.

La semana pasada hablé de once tiendas que eran firmes candidatas al premio “peor servicio del año”, pero si lo recuerdan, había doce. 
Solo una destacó por una atención un poco más agradable que las otras. Y es justo ofrecerle este espacio para demostrar también que aún hay esperanza, que  las cosas pueden hacerse sin duda alguna, mejor.

Buscábamos un par de libros. La tienda gigantesca. Libros por doquier. Infinitos. Bastante bien señalizado todo,  por temas, géneros literarios, autores, etc. Nada que objetar. Pero si entras por primera vez, tienes algo de prisa y lo que pides no es de rabiosa actualidad, agradeces sobremanera que te atiendan diligentemente. Como así fue.

Bien es verdad que la dependienta no se fijó en nosotras. Les recuerdo que era martes y no había casi nadie comprando. Bien, primer fallo, no reparó en nosotras. Porque si ves a alguien buscando “entre las flores”, primero: debes poner la oreja a ver qué van comentando y segundo debes acercarte amablemente y preguntar: ¿Puedo ayudarles? Vale, el primer paso se lo saltó (estaba muy ocupada colocando o revisando o clasificando o haciendo lo que fuera con los libros) olvidó, no obstante, que lo importante es el cliente, no su trabajo. Porque el cliente es su trabajo. Porque sin el cliente no tendría trabajo.
Arregló su primer error con la intensa búsqueda de posteriormente realizó hasta encontrar los libros que deseábamos, además nos atendió con amabilidad y profesionalidad.
Lo agradecí, sinceramente. Había cumplido mis expectativas como cliente, aunque no todas con respecto a mi particular manual de atención al cliente, naturalmente mucho más exigente, pero salvando mi “deformación profesional” puedo destacar que su servicio fue eficaz y eficiente. Dos de tres. Le faltó el remate. Faltó ese: adiós, buenas tardes. O ese: ¿necesitan alguna cosa más? Tengo en promoción, en rebajas, a buen precio, tal o cual título… (ya saben ese plus que necesita esa comercio para vender algo más…) ¿me comprenden?

He dicho al principio del blog que quería romper una lanza en defensa de esas personas que atienden bien al público y que te hacen sentir mejor. Y que entre una gran cantidad de inútiles son un soplo de aire fresco, pero no se debe bajar la guardia.

Permítanme que insista, (frase muy de moda actualmente, por cierto) en que  sigue faltando mucha formación. Sobre todo en VENTAS y principalmente ATENCIÓN al CLIENTE.

Los cursos de ventas que se imparten van casi dirigidos al puro marketing, se rigen por estudios de las personalidades de los clientes, sus gustos, sus actos reflejos, involuntarios, sus variantes psicológicas, etc. todo eso está muy bien, sin duda. Pero olvidan lo esencial: que los que compran son PERSONAS y que el trato a las personas independientemente de lo bien expuesto que esté un producto debe ser lo ESENCIAL de la venta.

Aplaudo desde aquí a los empresarios que se toman esto en serio y a los empleados que dan lo mejor  de sí mismos aunque no dispongan de demasiadas herramientas para hacerlo.
Aún hay esperanza.

Gracias y hasta la próxima.






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