jueves, 29 de octubre de 2015

VALORES de CALIDAD.- LA AMABILIDAD IV

¡ Hola!

Voy a ahondar un poco más en el verbo AYUDAR, que en relación a la amabilidad ya traté en la entrada de la semana pasada.

AYUDAR es un verbo muy bonito. Porque la acción que conlleva es darte a los demás. Ofrecer tu valía a los otros. Quien practica ese verbo suele sentirse después muy bien consigo mismo. Hay personas que incluso se realizan mediante la práctica de este verbo (piensen en la cantidad de voluntarios repartidos por el mundo, ONGS, altruistas de toda índole, etc. )
Es bonito ayudar y es muy humano. Y se nos olvida a menudo porque somos egoístas, envidiosos, desconfiados, cómodos, ególatras…

Entre COMPAÑEROS de trabajo,  la ayuda a veces se da a cuenta gotas, no sea cosa que éste vaya a saber lo mismo que yo, ¡Qué aprenda!, como he hecho yo. A veces pensamos ¡Uy! ¿Y por qué me pide ayuda a mí si él sabe más de este tema? ¿Se quiere reír? ¿Me quiere tomar el pelo? Otras veces nos molesta que nos pidan ayuda, estamos ocupados haciendo otras cosas ¡Hijo espabila! Y por último nos agotan esos compañeros a los que les has explicado una y mil veces la misma cosa y parece que no aprenden nunca.

¿Saben ustedes cuánto agradecimiento cabe en una persona a la que se le ha ayudado de verdad? ¿A la que se le ha ayudado con respeto, con cariño, con paciencia, con esmero? Esa persona no lo olvida jamás. Esa persona no le olvidará jamás a  usted. El refrán “haz bien y no mires a quién”, viene al caso para ilustrar esta faceta del verbo ayudar.

Compañeros, no olviden ayudarse entre sí. Tengan paciencia. El trabajo se hará más liviano y puede fortalecer lazos, motivar, solucionar muchos conflictos y crear un agradable clima de trabajo que siempre es de agradecer.

En la ATENCIÓN AL CLIENTE ayudar es fundamental. Cuando estamos al servicio de… estamos ayudando a… y nuestra disposición debe ser total.
El cliente NOTA cuando la persona que le atiende quiere ayudarle. Es una corriente de energía positiva que circula entre ambos y el cliente la percibe. Y aunque no se consiga satisfacer del todo su necesidad siempre agradecerá el interés mostrado en ayudarle todo lo posible. Y no lo duden, se lo contará a todo el mundo. ¿Y eso significa…?

Señores EMPRESARIOS, no escatimen recursos a la hora de ayudar a sus empleados. El beneficio será mutuo. Los empleados desean cierta libertad de movimientos para desarrollar su valía, su saber, su profesionalidad, pero también necesitan de ese jefe responsable y amable que cuando están pasando por un apuro acude a ayudarles, les echa un cable y les saca del atolladero.

Podría escribir muchísimos ejemplos de situaciones donde pueden darse estos intercambios de ayuda. Creo que no hace falta. Todos, en algún momento, hemos sentido que teníamos que ayudar y a todos en algún momento nos han tenido que ayudar. Esos son  los ejemplos. Sírvanse ustedes mismos.

¿Qué no saben cuándo deben ayudar?
Es muy fácil. La clave es pensar siempre en QUIÉN va a salir beneficiado de esa ayuda mutua:
¿El jefe?
¿El empleado?
¿El compañero?
¿El cliente?
Seguro que en la mayoría de los casos TODOS A LA VEZ.
¿No me creen? Pónganlo en práctica y luego me dicen.

No lo olviden, ayudar solo trae beneficios para el prójimo y grandes satisfacciones para uno mismo.
Saludos,







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