jueves, 22 de diciembre de 2016

Feliz Navidad


Estamos inmersos en  fechas interesantes. Fechas en las que los sentimientos están a flor de piel. Fechas en las que lloraremos, reiremos, discutiremos, disfrutaremos, etc.

Para la Calidad y la atención al cliente son fechas importantes. Los establecimientos se visten de gala para ofrecer su mejor cara a los clientes. Escaparates engalanados, artículos vistosos, ofertas llamativas, etc. Todo lo mejor para que el cliente nos escoja y entre en nuestros establecimientos de tal manera que los grandes competidores por internet tengan un poco de piedad de nosotros que cada día nos esforzamos más en tener la tienda abierta.

Pero… el cliente ha traspasado el umbral de nuestra empresa. ¿Y ahora qué? Pues que acabamos de olvidarnos de él.  Le hemos visto, pero no le hemos dicho hola, buenos días, bienvenido ni nada. Uf! Es que hay mucho jaleo! Nos busca con la mirada para que le atendamos pero nos hacemos los ocupadísimos y desviamos la mirada. Se acerca a preguntarnos algo y escurrimos el bulto, mejor le atiende mi compañero…. Insiste en que necesita algo y ya ni tengo más excusas para no atenderlo. Finalmente le atiendo. Ah! Si, lo que me pide en el pasillo tal. Y lo pongo a deambular por los pasillos o por donde se me ocurre que está lo que me ha pedido. Y el pobre da vueltas. Parece que ha encontrado algo, y quiere probárselo. No me acerco a ayudarle, ya espabilará. Está muy bien indicado donde están los probadores y ya se irá apañando.  Uf! Que estress! El teléfono no para de sonar. El jefe está de un cargante… todo el mundo pide y pide y pide. Me va a dar algo. El cliente sale. Va a la caja. Parece que se ha decidido. Ah, no. Deja lo que cogió y se va de la tienda. Vaya, no le dice nadie adiós. Ni mis compañeros, ni yo. Bueno, no puedo pararme a pensar en eso. Tengo mucho trabajo. Son fiestas y hay mucha gente.

Alguien en esta secuencia ha olvidado algo importante. Si ese cliente que entró, al que nadie vio,  al que nadie atendió y el que finalmente se fue sin comprar es usted, seguramente decidió no volver por allí debido al trato absolutamente inexistente recibido. Si usted es el que debió atenderle, no hizo bien su trabajo. Y si su empresa no ha cuidado el pequeño detalle de que si el cliente se va sin comprar su negocio no tiene razón de ser… Pues estamos olvidando cosas muy importantes.
Pero las empresas que venden por internet, sus más directas competidoras no olvidan nada de eso. Ay, nos lamentamos… hay tanta crisis…

Si su empresa se engalanó para recibir la Navidad, engalane a su personal para recibir y tratar a los clientes. Si vende más que el año pasado, tal vez no sea porque la crisis va pasando, sino porque tiene un porcentaje mayor de clientes satisfechos.

No dude que el mejor regalo es la formación.

Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo