El mes de mayo, que trae tan
buenas cosas, comienza. Esperanzas del buen tiempo. Campos en flor. Renovados
aires que preludian los calores. ¿Y nosotros? ¿Nos renovamos? ¿Ponemos nuevas
viandas en la mesa? ¿Ponemos nuevas palabras en nuestros labios? ¿Ponemos nueva
energía en nuestros días?
¿Ponemos nuevos conceptos en
nuestro trabajo diario? ¿Nos reciclamos, quiero decir? Tal vez son muchas
preguntas. Tal vez no. Reciclarse es dejar entrar nuevas ideas en la mente.
Siempre se aprende algo. Siempre es bueno aprender algo. ¿O acaso pensamos que
lo sabemos todo? Si. La experiencia es un grado, pero el mundo está en
constante evolución y debemos estar alerta. Aquí, cada uno hace lo que puede,
pero siempre podemos hacer más.
¿Sonreímos lo bastante? ¿Hablamos
a la gente con la suficiente amabilidad? ¿Mejoramos nuestros modales?
¿Prestamos la suficiente atención a lo que y a quien nos rodea? ¿Cuidamos el
entorno de nuestro trabajo? ¿Cuidamos a los que nos rodean en él? ¿Respetamos a
compañeros y jefes? ¿Ellos nos respetan?
Son conceptos de educación y de
civismo, de acuerdo. Pero son también conceptos muy importantes en la atención
al cliente y creo sinceramente que nunca estamos del todo reciclados en ese
campo. Necesitamos formarnos en la paciencia, la escucha, la empatía, la
asertividad, etc. Son solo unas horas. Un poco de buena voluntad y ganas de
mejorar.
Las empresas, los negocios,
necesitan a pesar de toda la tecnología que nos envuelve, necesitan, repito, de personas y esas personas
necesitan, como las plantas para crecer, un poquito de agua. Agua limpia.
Necesitan savia nueva para no caer en la desmotivación y en la apatía.
Necesitan algo más que les mantenga alerta, ilusionados, interesados. Tal vez
ese algo más sea el aprender nuevas herramientas para manejarse mejor en su
trabajo o reciclar las herramientas antiguas que se quedaron en algún rincón.
Aprovechemos mayo para pensar en
ello. Y tal vez junio sea un buen mes para poner ese reciclaje en marcha.
¿Regamos?