Salíamos de viaje.
A las dos
horas de conducción decidimos parar y estirar las piernas. Un cruce de
carreteras y un “Hostal da igual el
nombre” en el lugar idóneo para tomar un
bocadillo y un refresco. Otra experiencia nefasta.
En el local dos clientes en la
barra y dos motoristas en una mesita de las muchas que había en el
establecimiento, un sitio, por otra parte, limpio y correcto. Detrás de la
barra un chico de unos treinta años, alto, con sendos pendientes de aro, uno en
cada oreja y una cara de “Que asco de vida, no quiero estar
aquí”. Y así se comportó.
No hubo un “buenos días”, ni un
“bienvenidos”, ni un “hola”. No hubo una sonrisa, ni un amago de “encantado de
servirles”. Y así fue cometiendo un desatino tras otro en el servicio y la atención
al cliente.
Les cuento:
Les cuento:
Nosotros.- ¡Por favor podría ponernos dos cortados, el uno con sacarina y leche sin espuma y el otro
normal y un café con leche.
Él.- …………
Nosotros.-¿Podría poner también un bocadillo de tortilla de patata
y otro de tortilla francesa?
Él.- Solo hay tortilla de calabacín y de chorizo, no francesa. (Con
cara de pocos amigos)
Nosotros.- Bien, pues una de calabacín. Gracias.
El “simpatiquísimo camarero” nos
trajo: tres cortados!!!. Y dos
bocadillos. Ambos con las tortilllas frías. Naturalmente, se le llamó la
atención:
Nosotros.- Disculpe la tortilla está fría.
Él.- ¿Qué está fría? La he calentado en el microondas.( Con cara de
mala leche)
Nosotros: Usted la habrá calentado en el microondas, pero está
fría.
Se lleva el plato, lo devuelve
caliente. Por supuesto sin una ligera disculpa. Y se pone a mirar su móvil.
Ni vio, ni saludó, ni oyó, ni escuchó, ni sonrió, ni sirvió, ni
atendió, ni nada de nada. Fue una tortura ser atendidos por ese señor.
El final de la historia pueden
imaginarlo, no dijo ni adiós, por
supuesto.
Pero sepan que la culpa no es
toda suya. Primero, ese muchacho es
infeliz y no debería estar ahí. Segundo, si está ahí, los dueños del hostal
deberían aleccionarle en las cuatro cosas básicas que hay que saber y si ellos no
pueden inculcárselas, deben hacer que alguien forme a esa persona. El negocio
se lo agradecerá.