lunes, 1 de julio de 2019

Respuesta equivocada



Se estropea el calentador.
Estamos en junio y la revisión se pasó en abril. Llamo a la compañía. Les explico que no tengo agua caliente y que no parece muy lógico que habiendo pasado la revisión de la caldera hace solo dos meses se me haya estropeado el calentador.

Respuesta del individuo al otro lado del teléfono: “Señora hoy me acuesto bien y mañana me puede dar fiebre, la revisión no tiene nada que ver.”

Y se quedó tan tranquilo. ¿Qué les parece? A mí, de entrada un magnífico ejemplo para mis clases de formación en atención telefónica. Luego una impertinencia como la copa de un pino.

Analizando la respuesta que además dijo en un tono bastante antipático, no dudo que tal vez tenga razón, que la máquina independientemente de la revisión se haya estropeado, pero la insolente respuesta del individuo al otro lado del teléfono es intolerable.

En la atención al cliente hay que poner a personas que comprendan el principio fundamental de la atención al cliente: ayudar a las personas. La gran mayoría de personas llaman angustiadas porque tienen un problema, una duda… ¿creen que las insolencias las tranquilizan?

Solo hay que atender al cliente prestándole un poquito de atención y no en despacharlos con cajas destempladas, llamándoles encima veladamente “idiotas descerebrados” sino comprenden que lo que están diciendo no tiene sentido.

Espero que este individuo dure poco en su puesto. Para ese puesto no vale, al menos. Tal vez en otro en la compañía donde el cliente le “moleste” menos. Espero que alguien le forme o le enseñen a hacer bien su trabajo porque la empresa va a recibir un aluvión de bajas del servicio que les obligará a saber de dónde vienen.

Por favor, formen bien a la gente que debe atender a los clientes en sus empresas. Es de vital importancia. Ya sé que me dirán que hay mucho indocumentado, maleducado, etc. etc. entre los clientes, pero eso no es óbice para no saber hacer bien el trabajo,  que consiste en ser un buen profesional. Que consiste en saber atender a los buenos, a los amables, a los simpáticos clientes y en saber atender también a  los maleducados, estúpidos e ignorantes.

Queda tanto por hacer…